En la zona norte de la ciudad de
Mérida hay una inexistencia de recursos de ocio para la población
infantil/juvenil, debido a los escasos o nulos niveles de renta de la
población.
El ocio es un recurso alternativo
para la intervención educativa durante los fines de semana con menores que se
encuentran en pobreza o riesgo de exclusión social.
Es en este sentido cuando el ocio
se considera enriquecedor, al tiempo que un elemento indispensable para el
desarrollo humano. Adquiere, además una clara función social ya que se
constituye un derecho de todo ciudadano, del que nadie debería ser privado, ya
que le procura satisfacción personal y mejora de su calidad de vida. Pero este
derecho a un ocio creativo y constructivo adquiere un significado especial
cuando afecta a personas con discapacidades o limitaciones de cualquier signo,
pasando entonces a constituir un elemento fundamental de cara a favorecer su
integración social.
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